Una idea compostable

Las cápsulas compostables de Afortunato cierran el ciclo, devolviendo a la tierra el resto del café y su envoltorio.

Afortunato eligió el nombre adecuado para encontrar el camino de ida y vuelta. Aquel que permite devolver a la tierra lo que salió de ella.

El pamplonés Joaquín Ilzarbe lo tuvo claro y en 2017, junto con sus socias Cristina Huarte y Coté Canalejo, apostó por abrir un negocio de café en cápsulas compostables, adelantándose así a la Ley Foral 14/2018 de residuos, que dice:Desde 2020, no se podrán emplear productos envasados en monodosis o cápsulas de un solo uso fabricadas con materiales no reciclables, orgánicamente o mecánicamente. Dos años después, las cápsulas de Afortunato ofrecen las mismas propiedades que las fabricadas en aluminio a la hora de preservar el aroma y el sabor del café.

El envase de las cápsulas Afortunato es un biopolímero fabricado a partir de sustancias de base vegetal (glucosa, almidón y lignina). Este material permite aislar completamente el contenido, manteniendo así el café en las condiciones idóneas para conservar el aroma y el sabor. “Hemos trabajado con determinación para conseguir una cápsula hermética que es capaz de extraer el sabor y el aroma de un café delicioso con tueste artesano”, explica este experto en café.

El cuidado del medio ambiente era otra firme apuesta del negocio. “Desde el principio pensamos en cápsulas compostables”, indica el responsable del negocio. “Es reconfortante saber que podemos

depositar la cápsula en el contenedor marrón y todo el conjunto se convierte en poco tiempo en compost. Sin ningún residuo tóxico, para que los granos de café vuelvan a donde nacieron: a la tierra”.

Restos de café para fertilizar la tierra, envases de materiales vegetales que pueden depositarse en el contenedor marrón… Una iniciativa, para paladares y conciencias exigentes, que nos deja muy buen sabor de boca.

CAFE